Esta fue una actividad de expresión escrita. La alumna fue de primer semestre de preparatoria.
El hada en la luna
Por: Orfelinda Puente Martínez.
Sección: “J”
Hace mucho tiempo, cuando las hadas y otras criaturas del bosque podían salir a pasear y caminar a la vista del hombre, un hada juguetona y traviesa llamada Aris, se separó de su grupo de amigas que se dirigían al río para jugar y divertirse.
Caminó por un sendero que claramente se iba iluminando mientras avanzaba hasta que se adentró demasiado al bosque y se pudo dar cuenta de que ya era de noche. Cuando volteó al cielo para contemplar las estrellas, se sorprendió al ver que la luna estaba demasiado cerca de ella y ésta, al verla, le preguntó:
-¡Oh, luna!, ¿qué haces tan cerca del suelo?, si tu lugar es allá arriba, en el cielo.
-La luna, al ver la insolencia del hada, la tomó rápidamente de una de sus alas transparentes y la subió junto con ella hasta lo más alto, el hada, al ver la tragedia, no tuvo más que llorar y lamentarse por lo sucedido y la luna, aún molesta, le dijo:
- Jamás podrás bajar, aunque tengas alas, estás lastimada y no te repondrás en un muy buen rato.
-El hada, al ver la crueldad de la luna, gritó desesperadamente a los cielos para que le ayudaran, y un campesino que vivía cerca del sendero, escuchó una ligera exclamación de socorro y se encaminó rápidamente a donde se oían los gritos.
El campesino llamado Rego, avanzó por el luminoso sendero. Cuando el hada gritó nuevamente ¡auxilio!, éste volteó hacia el cielo y pudo ver a una hermosa joven de cabellos dorados y piel tan blanca como la misma luna. Cuando fijó bien la mirada, pudo darse cuenta de que aquella muchacha llevaba en la espalda unas preciosas alas transparentes como las de las abejas y se dio cuenta de que se trataba de un hada:
-¿Qué te sucedió hermosa criatura, por qué necesitas ayuda?
-Buen hombre, en una de mis andanzas me separé de mis amigas para explorar y por ofender al luna, ahora estoy acá castigada, -dijo entre sollozos- ayúdame por favor y te recompensaré.
-El hombre, que malicioso no era, lo único que pensó es que deseaba el amor del hada, ya que, al verla, quedó perdidamente enamorado de su belleza e inocencia, así que le propuso lo siguiente:
- Hermosa doncella, que ahora pides ayuda, no deseo tus riquezas, lo único que deseo es estar junto a ti, vivir enamorado por siempre y compartir mi felicidad contigo…
- El hada, cautivada por las hermosas palabras de Rego, supo entonces que el campesino hablaba con sinceridad y aceptó el trato, pidiéndole a su vez que la bajara para cumplirle. El campesino rápidamente se encaminó a su choza; y con toda la madera a su alrededor, construyó una larga escalera.
Cuando la terminó, se dirigió a donde se encontraba el hada y recargó la inmensa escalera en la luna. Subió hasta donde se hallaba la doncella, la tomó en sus brazos y la bajó a la superficie. Ésta, como muestra de su gratitud, besó al campesino en los labios y le confesó que realmente deseaba pasar su inmortalidad junto a él, no sólo por haberla salvado, si no por que su bondad la había cautivado desde el primer momento en que acudió veloz en su ayuda.